Por la mañana escuchamos el sonido del tambor y de las trompetillas, siguiendo su sonido encontramos al diablo Juan con sus quintos y acompañantes rondando por el pueblo.
Y el diablo empieza a correr y a usar la espada
El diablo conversando con el cura antes de irse de copas, o mejor dicho copones, con él en la Iglesia.
A la salida de la Iglesia tuvimos que echar una moneda o un billete en el tambor de los quintos.
Fotografía ‘oficial’ de los quintos del 2007, y otra de los quintos con los acompañantes.
La última parte de la fiesta la pasamos en el bar con jamón y al final la subasta.