El diablo

INTRODUCCIÓN

El 28 de Diciembre, día de los Santos Inocentes, está marcado en los calendarios de los setileños también como el día del diablo, en una primera aproximación o simplificación de la fiesta podríamos decir que se trata de disfrazar a un quinto de diablo que con una espada de madera persigue a los mas pequeños.

No se conoce exactamente el origen de esta fiesta, pero probablemente tiene un paralelismo con la liturgia del día de los Inocentes, en la que Herodes mandaba asesinar a los bebes y niños pequeños aunque tampoco puede descartarse que la fiesta tuviera otros orígenes.

El día 28 de diciembre era una fecha señalada en la antigua Roma donde se realizaban bromas y se elegían reyes de autoridad burlesca, no podemos asegurar que el origen de la fiesta del diablo sea de esta época aunque hay parte de la fiesta de los inocentes como las bromas que podemos considerar heredera directa de aquellas fiestas romanas.

Actualmente el Ayuntamiento de Setiles ha declarado el día 28 de diciembre como uno de los dos días festivos que puede seleccionar. A pesar de ser un día de fiesta para todos los vecinos, siempre ha sido una fiesta muy centrada en los quintos y los niños; a los mozos se les dejaba este día total libertad para celebrar la fiesta mientras que los adultos, ya fueran agricultores, ganaderos, mineros o continuaban con sus labores siempre que el tiempo lo permitiera.

ACTORES DE LA FIESTA

Los Quintos

Los quintos son los jóvenes que en el año en curso cumplen la mayoría de edad, actualmente 18 años, y que en el pasado eran tallados para ser sorteados para la ‘mili’ o servicio militar obligatorio. El año de los quintos es el año en el que se tallaban a los mozos, y solían irse a la mili el año siguiente.

Entre ellos se sortea el diablo, el alcalde y el resto de quintos forman el ayuntamiento de este día.

Los quintos visten con la capa larga castellana de ‘paño’ de color oscuro, marrón o negro, y un sombrero de paño.


Aunque en la actualidad la capa se reserva casi exclusivamente para la misa, durante la noche los mozos tienen abrigos que les protegen del frio, los quintos la suelen llevar un rato mas ya que si el diablo la toma con ellos, si arquean un poco la espalda la capa amortigua el golpe de la espada y no reciben el impacto de la espada en el trasero.

Los acompañantes

Son los jóvenes de un año menos que los quintos y que participan en la fiesta, pero que no obstentan cargo alguno dentro de ella.

Como su nombre indica, acompañan a los quintos durante la fiesta, no llevan capa y llevan una gorra hecha manualmente por ellos mismos y decorado con fotografías tal como se ve en la foto.

Los niños

Quizás la visión de la fiesta por parte de los mas pequeños defina claramente como se vive desde el pueblo, unos días antes ya se comentan en las casas los quintos de este año, los mas rápidos, los mas brutos, etc. etc.

Durante la noche el sonido de las trompetas y los tambores no les deja dormir pensando en el día siguiente.

El día de los Inocentes los niños persiguen a una distancia prudencial al diablo y los mas valientes intentan tocarle el cascabel, de vez en cuando el diablo los persigue para pegarles con la espada.

Hay dos factores que definen a un diablo para los niños, por una parte la velocidad y por otra parte la fuerza con la que da los espadazos, en ambos casos hay una relación directa con la distancia que separa a los niños del diablo.

El diablo

El diablo es el ‘actor principal’ de esta fiesta, y alrededor de él se desarrollan la mayor parte de los acontecimientos.

El diablo ha tenido varios trajes a lo largo de la historia, el traje actual totalmente de amarillo con detalles en rojo, consta de una chaquetilla con los textos «VIVA ESPAÑA» y «A. B.» en la parte trasera del mismo, A.B. de Animas Benditas.

Los calzones que llegan hasta las rodillas, llevan cosidas en el trasero un rabo y un cascabel, se completa con unas medias de punto bordadas a mano.


Para cubrir la cabeza se pone un gorra de colores rojo y amarillo, con unos cuernos en la parte delantera, la cara pintada de negro y una barba de chivo completan el disfraz.
El traje del diablo ha cambiado con el tiempo, hasta el año 1942 (aprox.) el traje era de color gris oscuro y en la espalda dibujada en blanco un esqueleto.

Durante la segunda república el texto que figuraba en al espalda era «VIVA LA REPUBLICA».

La espada del diablo es de madera, la encargan los quintos o la tallan ellos mismos unos días antes o incluso durante la noche del 27 al 28 de Diciembre. La espada se realiza de una sola pieza de madera con empuñadura y una pala recta con un lado mas ancho. Si se realiza con varios días de antelación se puede pintar de color o dejarla del color de la madera. En el detalle de la foto de la derecha podemos observar como está escrito en ella «VIVAN LOS QUINTOS DEL 65»

Cada año se realiza una o dos espadas, para poder escoger la que quede mejor y tener una de repuesto por si la espada se rompe, hecho que aunque pueda parecer sorprendente ocurre mas a menudo de lo que uno esperaría.Una vez acabada la fiesta el diablo se guarda la espada de recuerdo.

Por la mañana se ata a la espada una cuerda verde de las usadas para atar las cortinas o tender la ropa con nudos en la parte final de la cuerda, esta cuerda facilita al diablo la custodia de la espada, y así, si algún muchacho consigue agarrar la espada y luchar por ella, el diablo puede utilizar la cuerda para obligarle a soltarla

A lo largo de todo el día, el diablo va consiguiendo pañuelos ‘de cabeza’ para adornar la espada, pidiéndolos o arrebatándolos a las mujeres del pueblo.

La espada del diablo no es un elemento decorativo, y si bien el diablo suele respetar a los niños muy pequeños, a los mozos, mozas y niños mayores les puede dar bastante fuerte y siempre intentando dar en el trasero.

TRANSCURSO DE LA FIESTA

El sorteo

La noche del 27 de diciembre entre todos los quintos se sortean los puestos del diablo, y los cargos del ayuntamiento, que gobernará el pueblo el día siguiente. El sorteo como el resto de la fiesta lo organizan los quintos y suelen mantener en secreto el resultado para dar emoción hasta la mañana del día siguiente en la que los niños y mayores han de descubrir al mozo que hay detrás del disfraz de diablo.

Durante todos estos años se han producido numerosos incidentes relacionados con el sorteo; a veces los quintos no han querido ser diablo y se ha pagado a otro joven para que asuma el cargo, por el contrario otros años se han subastado los puestos de diablo y alcalde, aunque la mayoría de las veces simplemente se sortean los puestos con una baraja de cartas. Durante los últimos cien años ha habido 3 diablos que han repetido por diversas circunstancias dos años consecutivos.

La noche

Durante la noche el único quinto que descansará en su cama será el próximo diablo, el resto de los quintos se pasarán la noche haciendo la espada, preparando la fiesta y haciendo rondas alrededor de todo el pueblo en las que tocan las trompetas y el tambor, mientras hacen alguna gamberrada como cambiar de sitio las macetas, tapiar la puerta con ladrillos, quitar las cortinas, etc. etc.

En las puertas que tienen gateras, los quintos introducen la trompeta por ellas y su sonido resuena por toda la casa despertando a sus habitantes.

Como la noche invernal setileña es muy fría, no es extraño que nieve por estas fechas, los mozos suelen hacer una hoguera para calentarse entre ronda y ronda.

La madrugada, Pintar en el trinquete


Los quintos firman en el trinquete escribiendo con pintura «VIVAN LOS QUINTOS DEL…» aunque suelen añadir algún comentario y también pueden dibujar. Debido a la reforma del trinquete y su repintado las firmas actuales son bastante modernas.

Cuando ya amanece sobre las 6 de la mañana se levanta al diablo para vestirle, pintarle la cara con hollín y empezar la fiesta.

El diablo tradicionalmente es muy madrugador debido a la actividad minera y ganadera de Setiles, una vez levantado el diablo iban al camino de las minas para que los mineros les dieran la limosna para los santos inocentes, otros quintos iban a los caminos por los que sabían que pasaban los pastores, mientras los agricultores en estas fechas solían hacer tareas en casa debido al tiempo; precisamente por ese motivo los quintos solían hacer una hoguera donde calentarse durante la noche cerca del camino de las minas.

Los quintos llevan dos botellas, una de anís y otra de coñac con la que invitaban a los transeúntes a los que pedían limosna.

Actualmente y durante todo el día se para a los coches que circulan por el pueblo, invitándoles como antiguamente a un trago de anís o coñac y se les solicita una aportación para la fiesta.

Durante la mañana el diablo acompañado de los quintos da vueltas por el pueblo, despertando a las mozas o a niños y familiares de los quintos.

Las bromas

Además de las trastadas nocturnas de los quintos, es tradición que durante el día se realicen pequeñas bromas entre los vecinos del pueblo. Pedir algo de dinero para comprar el pan a alguien que no recuerde el día en el que está y una vez recibido salir corriendo y gritando ‘Los Santos Inocentes se lo pagarán’.

La Misa

En la liturgia de este día el diablo y los quintos participan activamente en la liturgia, los quintos suplantan al ayuntamiento y ocupan los primeros bancos de honor de la Iglesia, los situados en las primeras filas del lado derecho del templo, vestidos con las capas castellanas.

El diablo espera fuera de la Iglesia y una vez iniciada la misa entra en ella, perturbando la tranquilidad de la misma, para encender las velas y hacer alguna de las siguientes diabluras según la disposición del diablo: beber un poco del vino antes de la consagración del mismo, repartir algunos higos o frutos secos presentes a los pies del altar entre los quintos, leer algún versículo de la Biblia o desordenar las páginas, conversar un poco con el cura u obligar a los quintos a ayudar al cura en la misa. Todas estas acciones transgresoras se realizan sin embargo con un respeto exquisito tanto a la Iglesia como al señor cura.

Los quintos son los que le prestan al diablo el mechero o las cerillas para encender las velas, muchas veces le gastan la broma de darle cerillas ‘mojadas’ y que no encienden o mecheros sin gas de forma que el encendido de las velas se retrasa bastante tiempo.

Una vez realizado el encendido de las velas y alguna diablura el diablo se retira a la puerta de la Iglesia a esperar que acabe la misa.

A la salida de la Iglesia, los quintos se ponen a un lado con un tambor y un poco de ceniza ‘fría’ y una bota de vino, si alguien sale de la Iglesia sin echar una limosna en el tambor se le mancha la espalda con la ceniza y vino, el diablo le persigue con la espada. El dinero a dar a los quintos es optativo, la gente que no echa unas monedas lo hace más por la juerga y el cachondeo que por la cantidad económica.

Una vez han salido todos de la Iglesia, los niños se quedan por los alrededores a una distancia prudencial del diablo, los quintos entonces tiran caramelos a los niños que se han quedado cerca de la Iglesia, mientras el diablo los persigue, los quintos reservan algunos caramelos para que el diablo los entregue a los niños más pequeños. Antiguamente no se daban caramelos a los niños.

La mañana

Después de la misa se ronda por el pueblo para recoger los ‘donativos’, en los que a veces la espada del diablo ayuda a mejorar su cuantía, antes se iba con un cesto grande que se llenaba de chorizos, morcillas, pan, etc. etc., los quintos recogían suficiente comida para celebrar la fiesta y hacer varias cenas más.

Los niños que empiezan a atreverse mas a medida que avanza la mañana intentan tirar de la cola del diablo para que suene el cascabel, provocando al diablo para que les persiga.

Si los muchachos están muy lejos el diablo no los persigue y sigue entrando en las casas, esperando a que los pequeños se envalentonen o se descuiden y estén lo suficientemente cerca para iniciar las carreras, el desgaste físico que sufre el diablo durante el día es espectacular, ya que está permanentemente activo y solicitado por todos los vecinos del pueblo.

La comida


A la comida asisten el diablo, los quintos y los acompañantes; y si son pocos se invita a los jóvenes del pueblo, además es tradición invitar a comer al cura. Antiguamente se realizaba con la comida que conseguían los mozos durante la ronda y se realizaba en la casa del diablo con la ayuda de su familia, como sobraba comida, repetían la cena varios días.

Ahora a la comida acude toda la juventud del pueblo y se suele hacer un cochinillo o cordero asado en el local social.

La tarde / El baile

El diablo que pasa gran parte de la tarde en el bar interrumpe las partidas de guiñote, el juego de cartas típico de la zona, y puede obligar mediante la sutileza de la espada a los parroquianos a salir del bar en las frías tardes de invierno.

Por la tarde se realiza el baile, antiguamente se realizaba en el salón de baile y ahora en la sala del piso de arriba del bar, durante en el baile se pagaban unos céntimos para que el diablo bailase con una moza agarrada del cascabel o de los cuernos, para separar a una pareja o para que obligase a bailar a otras parejas, ciertos novios pagaban algunos centimos para que ella no bailase agarrada al rabo del diablo.

La tarea mas importante y divertida del diablo durante el baile es la de ‘animador’ del mismo, obligando a bailar a los que se quedan quietos como pairones, o separando a la gente, o simplemente paseándose con su espada apartando a la gente.

Aunque no es muy habitual, también se puede pagar al diablo para que haga determinadas acciones como vaciar el bar, parar una partida de guiñote, aunque el diablo por propia iniciativa también suele hacer este tipo de acciones.

La subasta

Los pañuelos u otras prendas requisadas por el diablo durante todo el día se subastan a última hora de la tarde entre todos los que están en el bar. Durante la subasta los novios pujan por las prendas de sus novias y los demás pujan por la presión del diablo.

Cánticos

Durante la fiesta los muchachos cantan al diablo para que les persiga y como si fueran los Sanfermines realizar ‘carreras’ sin que les pille el diablo.

El cántico más tradicional y el más repetido es el siguiente:
Diablo cojo
mete la pata en remojo
Diablo cojo
eres más bruto que un cerrojo

BREVES APUNTES ETNOLÓGICOS

Esta fiesta la podemos catalogar dentro del grupo de ‘Mascaradas de invierno’, fiestas tradicionales que se desarrollan entre la Navidad y la cuaresma, y que incluyen fiestas como las botargas muy numerosas en toda la provincia de Guadalajara. En este tipo de fiestas uno o varios personajes se disfrazan con trajes coloridos y cencerros, con porras o cachiporras persiguen a la gente del pueblo por lo que también han recibido el ‘apodo’ de mascaras fustigantes.

También podríamos catalogarla, quizás incluso con mayor precisión, dentro de los carnavales de ánimas, muy difundidos dentro del antiguo Arzobispado de Toledo.

Dentro del libro ‘el Carnaval’ de Julio Caro Baroja y otros libros de etnología se describe una fiesta que se realizaba en el pueblo de Carboneras (Cuenca) y que, aunque ya desaparecida, tiene numerosas coincidencias con la tradición del diablo de Setiles. En esta localidad existía una cofradía de las Ánimas que días antes del carnaval se realizaba una cuestación, el día de carnaval uno de los cofrades elegido previamente se vestía de diablo con un traje amarillo, careta horrorosa, cuernos, rabo y una castañuela enorme en una mano y una cachiporra en la otra. Recorría las casas pidiendo y produciendo el pánico de los chicos y asistía a la función que se celebraba en la Iglesia, armando un gran alboroto, remendando al cura y golpeando a las mujeres, Todo lo recogido en las cuestaciones se subastaba públicamente y el dinero quedaba para las Ánimas.

Este tipo de cofradías aparecen documentadas en época anterior, asociadas con máscaras; No tengo constancia que existiera en Setiles una cofradía de Animas al menos en época reciente, pero si que hubo en tiempos capellanía de Ánimas y asociada a ellas algunas fincas con cuya renta o uso se sufragaban misas para las ánimas.

Otras fiestas con características similares a la del diablo y que tendrían un origen común sería la de los ‘Inocentes’; según Carlos Blanco Álvaro es a partir del siglo XVIII o tal vez antes que unidas a las cofradías de las Ánimas del Purgatorio aparecen las figuras de los ‘Inocentes’, elementos graciosos cuya misión es la de recaudar, de modo desenfadados, dinero para esas asociaciones.

Fiestas como los ‘Inocentes’ de Albudeite (Murcia) donde con la cara tiznada, traje rojo y un bote en la espalda recaudaban dinero a la salida de la Iglesia y golpeaban con un cordel a los que se negaban. En Yeste (Albacete) los ‘Calentureros’ pedían para las Ánimas y con unos látigos fustigaban a los niños, intentando quitarles alguna prenda que para rescatarla debía pagar una cantidad.

A pesar de las similitudes con otras fiestas, la fiesta del diablo setileña es única y diferente a las fiestas que he consultado durante la elaboración de este artículo.

Conclusión

Volverán las navidades, y entre el día de Navidad y la Nochevieja en Setiles volverán los mozos, como antes lo hicieron sus padres y antes sus abuelos, a rondar por el pueblo la noche del 27 al 28 y los niños intentarán dormir con esa mezcla de ilusión y miedo a esperar que acabe la noche, y el lejano sonido de tambores y trompetas y enfrentarse con el diablo, por que realmente el único motor de esta fiesta son los jóvenes y los niños y mientras tengan ilusión esta tradición seguirá siendo una gran fiesta.

En la siguiente página se pueden consultar los nombres de los diablos hasta el año 1938:Listado de diablos

Juan Luis López (7/11/2007)

Bibliografía


Una fiesta popular carnavalesca: Los ayuntamientos fingidos en el Señorío de Molina. Diego Sanz Martínez, Revista Sexmas.

Libro de Bienes de la Iglesia (1752) Iglesia de Setiles

El carnaval: Análisis histórico cultural. Julio Caro Baroja. Ed. Taurus.

De año y vez, Fiestas populares de Castilla y León. Carlos Blanco Álvaro, Ed. Ámbito

Fiestas populares e insólitas. Juan G. Atienza. Ed. Martínez Roca S.A.