Historia

Setiles era un pueblo celtíbero con más de 2.200 años de antigüedad conocida. Su núcleo principal de población se centraba en la falda solanera del Castillo y el resto se extendía por todo lo que es el pueblo actualmente, incluyendo las eras, el Santo y algunas zonas de los huertos. Con la romanización y cristianización, en la plaza común celtíbera de reuniones se edificó la Iglesia. Pasa el tiempo y con el feudalismo en la Edad Media, casi todos los pueblos construyen su castillo. El castillo de Setiles se construye donde antiguamente estaba el castro celtíbero y cerca de la Iglesia.
El Castillo nos lo podemos imaginar magnífico, esbelto, alto, rojizo, de piedra rodena en las esquinas y dinteles y piedra calcárea en las paredes. Parecido en el colorido a los de Zafra, Molina o Peracense, dignos estos de ser visitados actualmente.
El castillo setileño tendría un torreón bastante alto para así poder divisar los Llanos de la Laguna, las Lomas, las Eras, el Raso, etc. Y ¿Por qué no quedan restos del castillo actualmente? Porque al desaparecer el feudalismo, los castillos pasan a quedar abandonados e inservibles. El pueblo recoge sus piedras para otros edificios públicos o privados. Posteriormente hubo una cantera cerca del Castillo, lógicamente, antes de picar para sacar las piedras de la cantera se llevaron los últimos restos del Castillo.

En una montaña de Sierra Menera llamada Los Castillejos quedan restos de un pequeño castillo atalaya, que se construyó como vigía para divisar Aragón y Castilla. Allí vivía solamente la persona encargada de la vigilancia de la zona, hacia el año 1.088. En la falda de Los Castillejos, probablemente haya habido algún pequeño poblado celtíbero, debido a que en una cerrada se encontraron restos de cerámica antigua. También últimamente se ha encontrado cerámica celtíbera en lo alto de los Castillejos.

En tiempos de la Reconquista, Doña Blanca cedió Setiles a Fernán Sánchez.
Hay documentos donde consta que la iglesia de Setiles se edificó a principios del siglo XII. En 1663, se construyó la capilla mayor, la sacristía y el altar mayor.
La ermita del Santo, dedicada a San Fabián, San Sebastián y San Roque se bendijo el 15 de mayo de 1634 por el obispo de Calpe.
Naturales de Setiles fueron don Pedro Blasco propósito de los Clérigos Menores de Calatayud que murió en opinión de Santidad el 15 de diciembre de 1681. Y don Gabriel López Sanz Pelegrín propuesto para regir varias Diócesis.
Don Diego Herranz fue un cura que hizo la barroca casa palacio del tío Pedro y Braulia.
Hacia el 1.500 algunos ricos ganaderos de ovejas se empadronaron en el censo de Los Hidalgos, recibiendo títulos reales. Recibían el título de Señor. Setiles ha tenido al menos 17 familias con título señorial. Se puede comprobar actualmente contando las casonas que tienen las esquinas y dinteles de piedra rodena tallada y su escudo y otras que se han derruido. Algunas casonas tienen escudo religioso, no son señoriales. En la actualidad sabemos que se conserva el título de Señor de Teros.
Los impuestos de cereales que en un año de la última mitad del siglo XIX pagó Setiles al Estado, fueron de 6.945 reales de maravedíes entre sus 102 familias. Como dato comparativo, se sabe que aquel mismo año Campillo pagó 5.914 y El Pobo con 84 vecinos pagó 5.642 reales de maravedies.

Bibliografía :
Juan José López Beltrán. Síntesis histórica del Señorío de Molina y El Pedregal.
Gregorio Checa López. Historia de El Pobo de Dueñas.
Enciclopedia Larousse.