En un día con mucho viento y un poco de lluvia los jóvenes de Setiles nos dieron una lección de como disfrutar con alegría las tradiciones de siempre.
Al no haber quintos, Aitor de diecisiete años se puso el viejo traje de diablo justo veinte años después que su padre lo vistiera.
Para la comida se reunieron unos 17 jóvenes, con lo que últimamente se reúnen mas acompañantes que niños, esperemos que se animen mas padres a compartir estos días en Setiles ya que esta fiesta se entiende mejor cuando se vive desde dentro tanto de niño como de acompañante.
Por la tarde acabaron la fiesta los quintos compartiendo con todos los que nos reunimos en el bar un jamón, y realizando la subasta